A clases con nuevo sistema de comidas

Mucho de lo que era normal en las escuelas públicas ya no lo será a partir del nuevo año escolar. Por ejemplo, los alimentos en las escuelas estarán a cargo de un nuevo proveedor que promete más saludables y apetitosas comidas.

Aunque no se reclaman autores ni piden reconocimiento, para líderes de estudiantes de Mission Hill y, especialmente para Sociedad Latina, el cambio es casi una verificación al trabajo realizado a través de un programa denominado “We Are What We Eat”; es decir, “Somos lo que comemos” que se desarolló bajo las premisa de que “el menú en las escuelas debería orientarse bajo nuevas normas nutricionales  y crear un ambiente de salud alimenticia”.

En cierta forma eso es lo que destacó la Superintendente de Escuelas Públicas de Boston cuando anunció que Whitsons Culinary Group se encargará de dar servicio a 86 de nuestras escuelas, a partir del nuevo periodo lectivo. Entonces, la señora Carol R. Johnson destacó:  “This is an exciting step forward in our work to bring the healthiest, most appetizing meals to our students,”, que se puede resumir como que “es un gran paso para hacer llegar comidas más apetitosas y saludables a nuestros estudiantes”,

Eso es lo que precisamente había revelado la encuesta realizada por líderes juveniles en la comunidad, entrevistando a estudiantes, padres de familia y personal administrativo de muchas agencias.

Hubo respuestas reveladoras a preguntas fundamentales como:

—¿Tiene el tiempo correcto para almorzar?

—¿Cada qué tiempo aprovecha el almuerzo que dan en las escuelas?

—¿Le satisface el almuerzo que recibe?

—¿Tiene sugerencias para mejoras?

Las respuestas de disatisfacción fueron abrumadoras y más de la mitad de los encuestados pidió frutas y ensaladas y dio sugerencias para eliminar la comidd envasada y cambiarla por alimentos frescos o preparados bajo recetas que respeten la cultura de nuestros pueblos y las familias; pero que había que cambiar el sistema era una exigencia..

Conversamos al respecto con la directora ejecutiva de Sociedad Latina y nos dijo que “la encuesta tiene todavía aspectos que analizar y desarollar, por lo que no nos sentimos parte del proceso de la nueva contratación. Además, los estudiantes esperan mucho más cambios”, dijo doña Alejandra Oliviere.

Mientras tanto, la empresa familiar que se encargará de la alimentación en nuestras escuelas se comprometió a dar a nuestros estudiantes “la buena comida que les dará energía para participar activamente en los salones de clase”.

BPS informó por su lado que Whitsons Culinary group fue seleccionada después de un largo proceso donde hasta hubo demostración de sabores y presentación ante un jurado de los finalistas. Otro aspecto para destacar es que la empresa que tiene base en Long Island, New York, se compromete a usar, por lo menos, el 41% de la producción local en la preparación de los alimentos.  El contrato, que es por $22.5 millones, es por 3 años y abarcará desayunos, almuerzos y los llamados “snacks”.

Un aspecto anecdótico es que en el mes de marzo el concejal John Connolly denunció fechas expiradas en la comida congelada que estaba en almacenes de 4 escuelas.

El trabajo de los líderes juveniles con el programa “We Are What We Eat” continuará y tienen previsto para el otoño nuevas reuniones con el concejal Mike Ross, que es uno de los principales apoyos del esfuerzo, según adelantó la directora de Sociedad Latina.

 

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